Bajaba de la oficina a Mercadona. Compro el pan al salir del trabajo. Saludo a Rocío la cajera que es simpatiquísima a más no poder (de todo hay en la viña del señor), bueno en la del señor Roig quiero decir, y por la calle San Fernando desemboco en la Puerta del Sol para seguir por la calle de Canónigo Muñoz a mi casa.
¡¡¡¡En la Puerta del Sol había un semicírculo de personas con una pancarta monumental!!! Si no sabes nada, si no te has enterado de un acontecimiento así, cuando te das de bruces con él, te quedas parado. Cosas de la vida, llevaba la cámara en el asiento de al lado del conductor. Pues nada a disparar. Ni bajarme quise. A través de la propia luna del coche, deprisita no sea se desperdiguen.
Me marché con las fotos a mi casa porque tenía hambre y eran las 15,20 h. Luego escribiré un post, me dije. Pensándolo bien tenía la duda razonable… quién se manifestaba, porqué? pregunté por la tarde a una amiga periodista con la que me crucé.
“Se manifestaban la sanidad y la enseñanza por los recortes que a estos servicios públicos se les están haciendo” me aclaró. “Creo que proseguirán en Requena unos días después y en la puerta del ayto de Utiel, el 23 de Febrero” añadió. “Vaya día el 23F”, le dije. “Y que lo digas…” prosiguió su paseo.
No creo haber visto una manifestación así en Utiel. Utiel es un pueblo tranquilo, donde para que se mueva una hoja, el viento cierzo tiene que soplar muy pero que muy fuerte. Hubo, hace unos años una conjunción de factores que desembocaron en una huelga de hambre del Alcalde de Utiel por aquel entonces Vicente Sánchez, estando la población muy alterada por un exceso de calor político ambiental y efectos comparativos discriminatorios con nuestras vecindades. Puede ese haber sido el momento más “agudo” en la tranquila vida Utielana.
Ahora inmersos en la grave crisis que nos empapa, que nos reboza, que nos atosiga y nos baja las pulsaciones, a la sociedad no le queda más remedio que manifestar su descontento. Entre otras cosas porque está viendo como sus derechos sociales, laborales, y de vida están siendo laminados y rebajados de forma descarada y sin más explicación que: “estamos en crisis”. Los derechos a los que nuestros conciudadanos habíamos llegado no habían sido dados en herencia, regalo o encontrados en la acera de la calle. Lo han sido con muchas luchas de toda índole, esfuerzo, sudor, lágrimas y por qué no decirlo sangre. Pero eso a dos generaciones después, a los que están hoy en el poder les trae al pairo y cada día que pasa la cosa se pone peor, y si sigue de ese modo, vamos a pasar a ciertos estadios que pueden llegar a ser desagradables de todo punto.
La clase gobernante no da ejemplo claro y concreto de que la crisis es para todos y todos somos iguales ante ella, al contrario. La crisis no ha nacido para algunos entre los que se encuentran ellos mismos. Se están equivocando… pero el tiempo puede darnos la razón a unos y un par de hostias a ellos. No me gustaría tener razón.