Pareció que durante la 1ª salida para el Estudio del Paisaje Cultural de la Vid y el Vino realizada en Septiembre, se había quedado para hacer la siguiente tras la primera semana de Octubre, o al menos a mí me lo pareció, pero los “gremlins” de las oficinas debieron de acordar el día 1 de Octubre, lunes, que no es mal día, al revés, estupendo, pero que quedaba lejos quizá de haber tenido en el paisaje los tonos rojizos, ocres, alumbres y muchos más con que las post vendimias nos obsequian cada año a los mortales de nuestra comarca. Un espectáculo tan bello que se podría salir adrede un día de la capital para ir a verlo, sobre todo en las primeras horas de la mañana o a media tarde hacia el ocaso.
“El hombre propone y Dios dispone” dice el refrán, y bien cierto. Después de UN año de sequía a lo desierto de Chihuahua, esperando que la lluvia de finales de agosto o primeros de Septiembre nos colme de uvas henchidas y “rebollones”, comenzamos a vendimiar los primeros días de septiembre y viene a llover justamente, bueno “injustamente”, entre el día 28 y 29 del mismo mes cuando ya la Corta, la mermada y raquítica vendimia del 2012 era historia por encontrarse en las bodegas. Pues nos quedamos con ganas de ver “esponjarse” a las Bobales, y tendremos que pensar en llamar la CORTA a la del 2012. Pues eso, que cuando hicimos la ruta las vides estaban de un verde tan subido, con una energía y fortaleza, como si quisiesen echar a correr un maratón y, los rojos, ocres, escarlatas canelas y alumbres se veían de casualidad en alguna cepa de corto crecer y menos producir, situada en extramuros de la globalidad del viñedo, pero las vimos, como bello lunar de actriz y las captamos para traerlas aquí.
Salimos a las 8,00 h de la mañana en dirección al cerro o alto del Moluengo en Villargordo del Cabriel, lugar privilegiado desde el que se divisan Dos Ríos, una frontera, y un paisaje de una belleza sin par. Si la visión de la Sierra del Negrete en la anterior salida nos dejó atónitos, la visión del Moluengo es de DOS Mundos, éste y el que se se encuentra al otro lado del surco del Cabriel y da lugar a la Meseta Manchega, otro mundo sin duda. Continuamos a la búsqueda y seguimiento de la Rambla de Albosa, para visitar el Mar de Viñas de Marcos-Monjas, para seguir al de Ruices en el Molino del Risco, y por los Duques a la llanura de Campo Arcís y al cerro de la Cabeza. A renglón seguido Portera-Pedrones, el Valle-vega de Hortunas y para finalizar nos subimos al alto de Roma y divisamos nuevamente el descenso de sus viñedos hacia la Vega del Magro. Arteria, guía y seña de nuestro territorio Bobal.
Que vds. lo disfruten. Cuántas rutas con menos sustancia se hacen en nuestra tierra.