Rafael Alcantarilla Montero era un “Gigantón” en el sentido más cariñoso del término. Nacido a mediados de los años 20 del siglo del mismo número, medía un buen tramo más de lo normal para la época. Considerando que 1,80 y tantos era mucho medir. No hubiese sido de extrañar que desde esa altura mirase a paisanos desde arriba. Nunca lo hubiese hecho. Era un hombre Bueno, el mejor de los adjetivos que se pueden colocar a un hombre ya entrado el siglo XXI y viéndose lo que se ve a nuestro alrededor.
Rafael Alcantarilla Montero era, un hombre bueno, un Utielano íntegro, sin alharacas, sin porfías, sin oropeles, sin fanfarrias, en silencio, y siempre en marcha, incansable, serio, amistoso, dialogante, entero y de las personas que más ha hecho por su Utiel del alma, aunque no haya llevado trompetas y heraldos para anunciarlo.
Rafael dedicó su vida al tema industrial, en la rama de lo eléctrico, tuvo amplia importancia la parte que dedicó al tema comercial, y mediada su vida fue Presidente de la Coop agrícola de Utiel, y un porrón de años Consejero del Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena.
Resultó de la post-hornada de la segregación de la etapa: DO Valencia-Cheste-Utiel-Requena, cuando las sirenas de la finalización del régimen de la dictadura, anunciaban tiempos mejores y por tanto de las primeras piedras del Consejo Regulador de mediados los 70 que segregado el mismo, echó a andar entre un mar de necesidades, incomprensión, falta de fondos y una estructura empresarial que no se sujetaba ni con cadenas de acero.
Si la segregación citada dejó en la calle una entelequia, los nuevos tiempos en los que Utiel y Requena empezaron a andar juntos aún pudieron resultar mucho más complicados. En esos estuvo Rafael junto a un grupo de valientes. El Consejo Regulador con esos mimbres no tenía ni sede propia. Pero es que pidiendo en los estamentos de su alrededor, muchas veces ni era recibido. Puesto a andar el Organismo y en la búsqueda incesante de lugar propio, sede material donde anclar raíces, Rafael Alcantarilla Montero, en su condición de Presidente de la Coop. Agricola Utiel y Consejero a su vez de la DO Utiel-Requena, vio en una de las ferias de Utiel de recién entrados los 80, la oportunidad de “matar dos pájaros de un tiro”. La Bodega Redonda propiedad de la Coop de Utiel, pretendía ser adquirida por el ayto de la ciudad para echarla abajo (data de 1891), para construir un mercado municipal. La “huida” de Rafael hacia delante pasaba por encontrarle un objetivo que distrajese a los políticos locales de la presa que mantenían con el futuro mercado.
En esa Feria empezó su larga serie de consultas y búsqueda de opiniones antes de ofrecer al CR de la DO Utiel-Requena, un edificio con el que éste no podía ni soñar, al precio de 0 ptas. además, pues los dineros de la reforma los buscó o hizo buscar a políticos y hombres con posibilidades. Lo cierto y verdad es que Rafael Alcantarilla Montero, engendró, pergeñó, ideo, y puso en marcha un mecanismo que ya no tuvo freno. En Septiembre de 1986 el CR de la DO Utiel-Requena, traslada sus enseres al magnifico edificio Bodega Redonda de Utiel, en el que se encuentra desde entonces y en el que además posee un excelente Museo de la Viña y el Vino. Dineros?? los de de siempre en nuestras tierras, No hay más que ir hasta la puerta del Ayto y ver el pórtico lo que dice ya en tiempos de Carlos III “ a expensas de los propios del lugar”, me he preguntado muchas veces que pinta allí Carlos III, sería que dio permiso para hacer las obras ¡¡¡!!! tiene gracia.
Lo cierto y verdad es que no se los Carlos III que nos tocará “sufrir”, sólo se que afortunadamente hay siempre un Rafael Alcantarilla Montero que te hace la vida más agradable. Rafael desde donde te encuentres ahora un abrazo bien fuerte. Lo mismo alguien piensa que por los importante méritos tuyos que recojo en esta breve crónica, deberían pensar dar tu nombre a alguna bien local, claro que para algunos pensar parece un fin muy elevado. Dejo una vidriera que era una pasión para ti en tus últimos tiempos. Tú si que has sido una verdadera Utielanía.