Se muy bien que no es un título al uso y no pretendo con él herir a nadie, Dios me libre, pero aún siendo una frase muy vulgar, es muy, pero muy usada en nuestras tierras y explícita!!
En los años 70 llegó a Caudete de las Fuentes un párroco antitético para la época y rompedor a más no poder. Tenía aire despistado al andar, que le daba su dificultad para la visión. “Calzaba” unas gruesas gafas de concha con unos cristales llamados de “culo de vaso” con los que elevando su barbilla ligeramente por encima de los 180 grados parecía mirar por encima del hombro a propios y extraños. Nada más allá de todo eso, necesitaba buscar unos grados y la fina “ventana” que el cristal le ofrecía para poder saludar sin equívocos. En realidad veía más que que los que no llevaban gafas, bastante más. Con otra visión claro. Después de un cura al uso del régimen, con sotana larga de rigor y genio y figura hasta la sepultura, llegó don Joaquín Sendra, para más señas, vestido de paisano con sus camisas grises, medio grises, casi grises y grises perla y con su alzacuello blanco, y sus chaquetas de lana abiertas y desafiantes agitadas al viento mientras andaba, pantalón negro pero ajustado, vino a cambiar a Caudete de las Fuentes, a sus gentes y a su fiesta.
Fue el iniciador de la Semana de la Confreternidad, así llamada en principio derivada luego en la Semana de la Juventad por el lenguaje de la calle, y hoy un perverso botellón en el que se ha convertido, ni más ni menos.
Es el único pueblo de España y quizá del Mundo que permite que los visitantes se meen en sus aceras, en sus fachadas, rieguen con el amoniacal liquido las rejas o los geranios que en ellas estén protegidos, depositen sus interioridades en cualquier lugar de la extensa rue y encima, no dejen dormir, casi ni vivir a los tranquilos vecinos, que durante el año pagan religiosamente las cuotas que sirven para más inri invitar a baile y orquesta a la “horda bárbara” que durante el cálido agosto nos visita y deposita sus “buenas maneras” en nuestras calles. ES INEXPLICABLE A TODAS LUCES, CUANDO HAY “LUCES”.
A buen seguro que tras la lectura del párrafo anterior se entiende el título.
Falleció don Joaquín estos días. Llevaba tiempo alejado de Caudete de las Fuentes. En ese largo deambular en el que transitan los párrocos de las diversa diócesis a expensas de los arzobispos, obispos o quien deba “moverlos”, había estado en Valencia y en las bellas tierras de Jávea.
El destino tiene estas cosas. Será que se cierra una etapa?? Fallece el fundador y hay que refundar la fiesta que él fundó?? Pues no seré yo quién discuta ni le lleve la contraria al destino, pues es juguetón y algo canalla. Pero sea así o no, seguro que hace falta darle una vuelta a la Semana de la Confraternidad. Ya no es lo que era, es otra cosa. Una porquería desde luego. Una falta de respeto. Un abuso hacia los demás, una falta de solidaridad y una bacanal que ha de terminar algún año en algo que nadie desea pero que le ronda.
Amigo don Joaquín, al que desde que llegó al pueblo le llamé “pater” en cariñosa réplica a su gran talla humana. No quiero ni pensar que pueda estar jugando una buena partida de Tute con algunos de los Caudeteños que como él se marcharon ya, y a los que en el pueblo que en ardorosas partidas en el bar del Negro él pretendía a su vez convertir mientras rezaba al Señor cada baza perdida pues aunque se contenía daba buenos golpes en la mesa para derribar con las cartas al adversario.
Descanse en paz Pater