Hace ya unos cuantos años que la Ruta del Vino de la D.O. Utiel-Requena está en la “calle”. Podría con certeza colocar datos, fechas y sucedidos de su germinar y primeros pasos. No lo digo a humos de pajas. Tengo copias de todos los primeros documentos, puesto que en aquellos primeros días fui secretario de la Junta Directiva llamemos provisional, que realizó los intentos más “fetales” para ponerla en candelero.
Recuerdo con pasión, con cariño y orgullo además, aquellos primeros compases, en los que un grupo de personas gerentes, directores, propietarios de restaurantes, bodegas y alguna tienda dieron en pretender para nuestra comarca, algo más de lo que existía y en la línea genética de nuestra medula espinal: la Vitivinicultura. ¿sobre qué iba a ser si no?
Con las primeras acciones fueron apareciendo las primeras reacciones: positivas, negativas, intermedias, dificultades, alegrías, y un largo etc., pero al final resultó lo importante la Asociación Ruta del Vino se constituyó, cogió forma y empezó a andar. Hasta que la vieron “lucirse” por la calle y mostrar sus “primeras” sonrisas. A partir de ese momento alguien dijo: “Esa bella moza tiene que ser mía”. Y comenzó la “batallita”
El pretendiente de la bella Ruta fue el llamado “política”, y las cosas comenzaron a ser de otro modo. Como esa parte de la historia casi todos los ciudadanos saben como termina, la obviaré por aburrida y tediosa. Harto el pretendiente de cortejarla y tenerla sometida, quiso el azar que él mismo tuviese que mirar a otras mozas de más enjundia y marcharse a otros foros, quedose la moza algo tranquila y dispuesta a mirar de nuevo por sí misma, aunque la “inocencia” la había perdido.
Ha luchado con denuedo pero con poco tino para que la Certificasen como Ruta de “postín” y lo ha conseguido in extremis y con condiciones, de modo y manera que queda a la expectativa en revisiones futuras.
Cayó el telón de tan jugoso libreto y se ha abierto de nuevo para mostrar el segundo Acto. Cierta variación en el decorado, repiten algunos actores, libreto más ambicioso, nuevas caras, otra iluminación y música distinta, el público ha quedado algo atónito de lo que de nuevo observa sobre el escenario, pero se muestra dispuesto a ver el siguiente acto que se le ofrece.
Los finales de 2008 y arranque del 2009, están imprimiendo en la Ruta del Vino unos compases agradables, con ritmo, pero un poco asincrónicos, será porque son los primeros. El día 13 de Febrero que es un día magnífico por el número y el mes, nos citarón en la Mancomunidad del Interior Tierra del Vino para contarnos lo que pretenden hacer con el Turismo de Interior o el que se nos venga encima que es el mismo. Porque un turismo puede ser momentáneamente de playa porqué está en Gandía, pero como se suba un sólo día a ver la Cuevas de la Villa de Requena, por poner un marco, se vuelve de interior por la vía rápida. Aquí entre nosotros las cosas son diametralmente opuestas a la costa. Desde el color del cielo, el oxígeno que se respira, el verde del paisaje que nos rodea, los olores de la gastronomía, no digamos la propia gastronomía, el vino con que puede regarla, la gente que te coloca la primera o te elabora el segundo, la presión en el yunque del oído, el brillo del aceite de la ensalada o el canto de los pájaros que entre nosotros cantan y en la costa suelen estar “afónicos” pues no les oyes nunca.
Todo esto y más, mucho más, que lo tenemos casi siempre de forma natural es lo que nos otorga una identidad tan personal que ya de por sí es Marca y, de calidad. Otra cosa es si somos o queremos ser un sector de servicios para elevar el nivel de vida de nuestro alrededor unos cuantos enteros. Esa es la pregunta a realizar además de, si es un objetivo común, tan común, vale más que nos olvidemos de las pequeñas fronteras, de los tradicionales lindes, de los antaño rancios discursos de los que el hipotético turista, si lo viese u oyese, se reiría a mandíbula batiente.