No todas las Pascuas son iguales. Ni vienen en la misma fecha.
Foto: José Alfonso Sierra Salinas |
Éste año Marzo ha sido un mes terrible climatológicamente hablando, en relación con los deseos y las fiestas y divertimentos de las personas. Porque a nivel climatológico del campo ha sido magnífico puesto que la sequía que a nivel general se extendía por el País, casi ha sido sofocada por la cantidad de nieve y aguas caídas.
De ahí que las Fallas y las Pascuas se hayan visto, pasadas por agua y frío las primeras, y frías las segundas en lo que a la la parte de la Semana Santa se refiere. Pues esto lo escribo el Domingo de Pascua y el tiempo había serenado su ímpetu en cuanto al viento y la temperatura era idónea por agradable y de buen tono.
Otra cosa como dijimos han sido las procesiones de Semana Santa.
Frías en todos los sentidos. Frías por el reboce del tiempo y frías porque a consecuencia de ello hay muy poca gente que acompaña para simplemente verlas. Ya no participando en las mismas, que también de éste aspecto podríamos decir algo. Pero no diremos porque la temperatura puede haber condicionado muchas cosas.
Deseamos para años sucesivos que en torno a la fiesta hubiese otro ambiente más festivo y masivo si cabe. Claro que manifestaciones de tipo religioso afectan a un num. x de personas y no a todo el mundo. Pero habría al menos que verlo desde otro punto de vista porque una manifestación cultural, siempre es una manifestación cultural, lleve dentro de sí motivos religiosos o no.