Hace unos años dimos con nuestros huesos en Valdepeñas, un riñón polifenólico de Ciudad Real. Asistíamos a un Congreso Nacional de Museos de Vino, representando al nuestro. A una buena hora de la tarde me buscó el sr. Alcalde de la Ciudad de Utiel que se encontraba allí (yo lo desconocía), y me dijo si podía echarle una mano para escribir un Memorandum, con suficientes argumentos vitivinícolas que “pesasen” en el platillo de la balanza para ofrecer las suficientes razones ante el Presidente del Gobierno Valenciano de aquellos días, para que los terrenos del polígono del Tollo pudiesen cederse de adecuada forma a las Coops de la comarca para la construcción de una “alcoholera”, se le denominaba entonces, hoy, gestora de residuos vínicos. Le dije que sí, que lo haría con gusto, que nada más regresar del Congreso de Valdepeñas, me pondría a ello.
¡Sorpresa la mía! ¿Cómo no pude reparar en ese momento que no hay político que no tenga prisa, si de conseguir él algo se trata, y no es tanto en el caso inverso, como todo el mundo sabe?. Tanto tuve que esperar, como que el Director del Museo a ruegos del Alcalde de Valdepeñas, nos dejó el Despacho, el ordenador, el ADSL, y previno traer cafés, pues del despacho íbamos a salir cuando el documento en cuestión redactado, llegase raudo a través del cableado de telefónica de Ciudad Real a la plaza de la Catedral de Valencia, por más señas, al Palacio del Presidente de la Generalitat.
Nosotros dormimos bien y en Valencia mejor, pues el documento frío por el clima de la meseta entró en calor en los aledaños del cálido barrio del Carmen de la Valencia Bella esa misma noche. Es un relato que bien podría ser un sueño de una noche de verano o el arranque de una historieta de las que se dan en el medio rural.
Lo cierto y verdad es que la rana se volvió príncipe, y hubo boda. Hace bien pocas entradas en este modesto blog, nos enorgullecíamos de GESTREVIN, llamándola la Joya de la Corona de los Vinos Valencianos, entre otras cosas por que se ha hecho extensiva “oferente” de puertas abiertas a todas las entidades vitivinícolas de la CV, desde la sureña Orihuela, al serio y elegante Vinaroz, donde creo que las gambas hablan catalán bajo el agua, y luego en el plato se callan.
El polígono, o Parque Empresarial Nuevo Tollo en la Ciudad de Utiel, lleva dos fases. En la 1ª, de unos 500.000 metros, se construyó entre otras Gestrevín y cuando faltan unos 10 días para encender la chispa que ponga en marcha la industria, el Presidente de la Generalitat, ha venido a presentar la ampliación en 2ª fase del Tollo, otros 500.000. ¡Ya digo yo que es ser previsor!, ya lo digo. Quiero ver el desarrollo de esa ampliación, en sus diversas fases, quiero verlo, pero, ya es previsión, ya es previsión. ¡¡!! Al alcalde de Utiel hoy, los ojos le hacían “chiribitas”.