No sólo de pan vive el hombre, según los textos bíblicos, ni aún acompañado de vino diríamos otros, de ahí que nos permitamos traer hasta ésta página textos, pocos, e imágenes de cosas que suceden por nuestros alrededores.
El domingo 27 de Diciembre de 2009, me entero de casualidad que en Utiel, con un circuito muy, muy urbano, sin tocar prácticamente extramuros se corre una San Silvestre de 5 kms. Allí cámara en ristre que me voy, y… a ver que pasa, o quiénes pasan.
Llego al “Cebo”, calle céntrica y popular donde las haya, cada día más solitaria, sobre todo en días festivos, que se muestra en toda su extensión desierta como la tierra de Aminatou, y de la primera imagen en la que no hay nadie, a las otras en 15 minutos parece un milagro.
Los corredores salen de los coches aparcados en el aparcamiento de Luis Pérez Alabau, o al menos a él se debe, más que hubiera hecho dirán los comerciantes, pues en Utiel, o aparcas en helicóptero suspendido, o en tierra o adoquín no, y con el portón del maletero subido se quitan los pantalones del chandal que dejan ver sus ajustadas mallas, calzan sus zapatillas, y empiezan ese trote “gorrinero” que de calentamiento debe tratarse, y ¡Hala! hacía arriba, hacia abajo, un hola al de al lado, una sonrisa al que adelantan, una palmada con el que se cruzan, etc. en fín, caballeros duelistas de mil torneos que sobre cachazudo caballo de guerra, revestido de raido y pesado peto, dirigen su mirada sobre la bella dama que en el sitial, ofrece sonrisas de vestal por doquier antes de que las tapas de lo yelmos caigan sobre el pecho de los participantes.
Es la hora de partir hacia la gloria, desde al arco del triunfo, pasando bajo el mismo y tensando los músculos al tiempo que se arquean los brazos……
Descubrimos incluso a Bonnie and Clyde… con pistola incluida
El ganador elevando los brazos al cielo en sintonía con el brazo del Utielano y la Uva
O la primera mujer en entrar en meta, y sobre la que que una sra. me decía: “fotografía a la primera que llegue que es prima de Laura”. Pues ahí queda. Laura, Felicidades a tu “prima”